Entiendo que no quieras.
También entiendo que no puedas.
Pero no entiendo por que no lo intentas.
Porque estaría ahí, para sostenerte el pelo cuando vomitas emociones,
y para abrazarte cada vez que lo necesites, palabras de aliento, miradas de entendimiento, caricias de comprensión y consejos, con sabor a amor.
Estaría ahí, siempre, cada vez que me necesites y cuando no lo hagas también, y te haría desear que me vaya con mi insoportable presencia pero causarte que me extrañes cuando por ratos me ausente.
Y luego vuelva, y te abrace y te quiera, y te cuide.
También, estaría ahí cada vez que yo lo necesite, y usaría tu resguardo para encontrar la calma.
Estaría ahí a pesar de que no estando también me sentiría bien, pero elija tu compañía y ansiaría que vos también la mía.
Estaría ahí, cada vez que tu locura se vuelva insoportable y mi paciencia llegue a su límite.
Cuando te equivoques, estaría ahí, tal vez triste por los daños pero siempre, con ganas de reconstruir.
Cada vez que me abraces, y cada vez que me beses, estaría ahí, en cuerpo, en alma.
Te aseguro, cada vez que quieras, estaría ahí.
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