Vistas de página en total

lunes, 11 de mayo de 2015

Los cambios a veces son necesarios.
Y claro, otras veces no.
A veces los cambios nos decepcionan, nos destruyen, apareciendo tan de repente que nos obligan a plantearnos para qué, para qué aparecieron y cambiaron eso a lo que estabamos acostumbrados.
Raros, injustos, esos son los cambios que nos lastiman.
No reconocemos lo que antes conocíamos tan bien como la palma de nuestra mano, nos hace preguntarnos una y otra vez que pasó, por qué pasó, cuándo y como.

¿De que sirve? por más veces que lo preguntes, nunca, nadie, te va a responder.
Vas a preguntar y entre lágrimas vas a sentir que hablas a una especie de espejo que rebota lo que vos decís.
Es un poco triste cuando las personas se van y el cariño se queda, pero es aún más triste cuando el cariño se va y las personas quedan, peor aún si esa persona no es la misma que antes.

te extraño, viejo, no sabes cuánto lo hago.

No hay comentarios:

Publicar un comentario