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miércoles, 7 de enero de 2015

Se me nubló la vista todo el día.
Me quedé en casa y no hice nada, preso de la música y miles de pensamientos, estuve acostado todo el día.
Me hubiese gustado tener algún vicio adulto como fumar, y poder llorar tranquilo mientras lo practico. En vez de eso, me conformé con acariciar al perro y escuchar los temas más melancólicos de Jack Bugg y los Artics.

Hoy me enteré que mi abuela al final, y para felicidad mía y de muchos, no tiene cáncer. Y me tranquiliza saber que voy a tener a "mi abuela ponona", como le decía de chico, por un tiempito más, vaya a saber cuánto ...

No pude contarle mi felicidad a nadie.
Hoy estuve solo, completamente.
Si bien la noticia de mi abuela me tranquiliza, no es un día alegre.
Me están pasando miles de cosas, y es deprimente que tenga que escribirlo en un blog para poder descargarme, y que nadie se interese en lo que me pasa, en lo que yo siento.

Tal vez estoy siendo egoísta, y tal vez siempre pienso en mí, tal vez los otros tienen problemas y son demasiados para ayudarme con los míos.
Tal vez yo soy demasiado considerado cuando alguien está mal y espero lo mismo de los demás.

Será que me siento solo y no se como manejarlo, será que tengo miedo de perder las cosas que aún me quedan y me desespero.
Trago, y trago esa sensación de amargura. Quiero gritar, quiero romper todo, quiero ser un perro chiquito rompiendo medias y ojotas, quiero romper todo por un rato.

Quiero un abrazo, al fin y al cabo todo problema se termina en un abrazo.
De consuelo, de reconciliación, de amistad, pero un abrazo es el alivio que nos trae al mundo denuevo.

Me siento solo, y creo no tener a nadie quien me abrace.

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