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martes, 5 de enero de 2016

Te pensaría y te escribiría a diario. Siempre que esté desocupado y con más razón, aquellas situaciones que esté tan ocupado que no me de el tiempo para nada más, también te escribiría.
Todas las noches te preguntaría y te escucharía tan atento, cada palabra, como estuvo tu día. Me alegraría de tu bienestar y te acompañaría en cualquier malestar.
Te extrañaría cada una de esas noches donde los párpados no quieren cerrar y el sueño no quiere venir, donde solo es uno con esa eterna maraña de pensamientos que nos revuelven la cabeza.  Y sí, también te extrañaría de día, donde a pesar de tener la cabeza ocupada en vaya a saber que pequeñez, tendría lugar de sobra para pensarte.
Aprendería cientos de canciones que hablen sobre vos!  las cantaría en mi mente en frente tuyo y las gritaría bien fuerte cuando me haces falta.  Miraría fotos.  Guardaría en una caja o en mi cabeza cada cosa que me haga acordar a vos. Regalos, olores, lugares, detalles.  (Como esos papelitos que me dejaste en el bolso a escondidas aquella vez)
Te daría regalos. Te daría sorpresas. Detalles.  Me pasaría largos ratos pensando como sorprenderte con cosas minuciosas, me esforzaría para ponerle el mayor empeño y que como recompensa pueda recibir esa gran sonrisa tuya. Esa que siempre me volvió loco.
Pasaría calor y frío, sueño, dolor de cabeza y también de panza, con tal de verte.  Esperaría, siempre y con cualquier cosa, y eso es un privilegio porque admito que no soy nada paciente.
Me equivocaría y te pediría perdón, y aunque probablemente otra vez me vuelva a equivocar, pondría toda mi atención y mi empeño en correr las piedras del camino para no volver a tropezar.
Me disculparía, una o mil veces si fuesen necesarias, dejaría de lado razón, orgullo, enojo, tristeza, desilución y la más profunda pena en pro de lo que siento.
Lucharía, con uñas y dientes, para darte lo que me pidas.
Lucharía, con uñas y dientes, para darte lo que mereces.
Te perdonaría cualquier falla. Los errores pequeños y también los que se sienten como puñales. Podrías romperme miles de veces que yo juntaría mis pedazos para poder seguir regalándote abrazos.
Me despertaría temprano y también me acostaría tarde, para poder verte, o para poder hablar.
Podría sentir que cualquier lugar es mi casa, si la que me abre la puerta sos vos.
No vería impedimentos, imposibilidades, dificultades, obstáculos, trabas y mucho menos problemas, porque si en el final del camino estás vos, los atravesaría de la forma más sencilla.
Siempre sería un inconformista con lo que te dé, porque aunque vos me digas que eso es suficiente, siempre estaré de acuerdo con que nunca es suficiente lo poco que le de a una persona tan grande.
Te tendría en cuenta para todo. Y para siempre.
Te incluiría en todo lo que quieras y te aseguro que me podrías incluir en todo lo que se te antoje porque, aunque no me guste, lo haría, porque cualquier cosa al lado tuyo sería ya un gran placer.
Te diría cosas que no le dije nunca a nadie. Te gritaría y también te susurraría cosas por primera vez.
Nunca sabrías cuánto te quiero, porque con el tiempo iría creciendo aquellos límites que creía inalcanzables.  Porque pienso que sos más que yo mismo, que sos más que todos los que estamos acá.

Que alguien tan humano llegase a ser también tan perfecto!   Que hermosa contradicción.

También viviría intranquilo, inseguro y preocupado, tratando siempre de buscar el modo de que encuentres el bienestar, de que te sientas bien. No solo conmigo, sino con el mundo.  Y viviría nervioso porque por desgracia, el mundo no lo controlo, pero estaría a las corridas y apurado corriéndote las piedras del camino antes de que vos pases.
Te sacaría los miedos con un abrazo. No te prometería cosas imposibles pero te aseguraría posibilidades. Intentaría no defraudarte, y mis ganas se enfocarían solo en quererte, de a poco, despacio, pero también de a mucho, y desesperado.
Arreglaría con esfuerzo tu sonrisa rota, y cuidaría mis pasos para no resbalar.
Te amaría, con todo lo que implica el verbo. Con acciones, con besos, abrazos, caricias y cientos de miles de muestras de generosidad. Me ocuparía de mi vida pero siempre con un ojo y medio mirando la tuya, pendiente de tu bienestar físico y emocional.
Te querría de forma constante, y también intensa. Te querría hoy cuando me despierte, a la tarde, y también te querría antes de irme a dormir. Pero lo más importante ... te querría más aún con los primeros rayos de sol del día siguiente.

Te besaría despacio,  apenas rozándote los labios,  te abrazaría fuerte
te susurraría las cosas más sinceras, y también me dormiría al lado tuyo ...
             
                          ... Pero no estás.
           

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