Tener las cosas metidas en el pensamiento por el hecho de que no te atreviste a decirlas en su debido momento, es un veneno, una mortal sustancia antígena que nos puede hacer mal, al punto de sumergirnos en una total y absoluta tristeza que nosotros mismos causamos.
Temas que no trataste, cosas que no dijiste, besos que te guardaste, un abrazo que no quisiste dar, un insulto que te limitaste a decir, una confesión que no te atreviste a hacer, son pequeñas cosas que nos guardamos diariamente ; solas, individualmente, no significan nada, pero el conjunto de cosas que nos guardamos forman un inmenso conjunto de algo muy, MUY, devastador.
Por más ofensivo que pueda ser, por más atrevido, por más pretencioso o ambicioso, por cualquier razón que tengas, siempre larga todo eso que pensaste, porque el cerebro está diseñado para pensar, no para guardar ; la memoria se encarga de guardar, y cuando esa memoria ya no da más, nosotros no damos más, nuestro cuerpo colapsa y entramos en una crisis que ni nosotros mismos sabemos como resolver .
"Porque hay cosas, palabras, que uno lleva mordidas adentro y las lleva toda la vida, hasta que una noche siente que debe escribirlas, decírselas a alguien, porque si no las dice van a seguir ahí, doliendo, clavadas para siempre en la vergüenza” El marica – Abelardo Castillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario