Vistas de página en total

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Resumen de todo eso que no te quise decir.

No tengo la certeza de quién esta leyendo esto, tampoco se si me importa,  solo creí tener esa necesidad de escribir, porque hay cosas que uno tiene que largar, como sea, pero sacarlas afuera.  Hay temas que si uno no los expulsa se asemejan a un puñal que día a día se va clavando progresivamente, hasta que, cuando menos lo esperamos, nos termina matando, nos quita la vida,  nos hace desvanecer.
Tener las cosas metidas en el pensamiento por el hecho de que no te atreviste a decirlas en su debido momento,  es un veneno, una mortal sustancia antígena que nos puede hacer mal, al punto de sumergirnos en una total y absoluta tristeza que nosotros mismos causamos.
Temas que no trataste, cosas que no dijiste, besos que te guardaste, un abrazo que no quisiste dar, un insulto que te limitaste a decir, una confesión que no te atreviste a hacer, son pequeñas cosas que nos guardamos diariamente ; solas, individualmente, no significan nada, pero el conjunto de cosas que nos guardamos forman un inmenso conjunto de algo muy, MUY, devastador. 
Por más ofensivo que pueda ser, por más atrevido, por más pretencioso o ambicioso, por cualquier razón que tengas, siempre larga todo eso que pensaste,  porque el cerebro está diseñado para pensar, no para guardar ; la memoria se encarga de guardar, y cuando esa memoria ya no da más, nosotros no damos más, nuestro cuerpo colapsa y entramos en una crisis que ni nosotros mismos sabemos como resolver . 


"Porque hay cosas, palabras, que uno lleva mordidas adentro y las lleva toda la vida, hasta que una noche siente que debe escribirlas, decírselas a alguien, porque si no las dice van a seguir ahí, doliendo, clavadas para siempre en la ver­güenza”                                               El marica – Abelardo Castillo.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Mentalmente masoquistas.

Miro el cielo, no se que hago, a qué vine, por qué, como, cuándo y donde. Me pregunto todo, me contesto nada, surgen cosas,          una lágrima,          dos, seguida por la tercera y consecutivamente acompañada por la cuarta ; un mar de sollozos tristemente soltados en un mundo que, a mi parecer, me dejó solo por un tiempo.
Todas las otras cosas pasan a un segundo plano y mi pensamiento sobre mí mismo para con el mundo gana protagonismo y centralidad.  

Parece que solo intentar vivir y dejar vivir no sirve, ¿no?, creer que todo va a estar bien si nos quedamos quietitos en un rincón es un pensamiento un tanto básico y hasta infantil. Cuánto menos queres, cuanto más sumiso queres estar,  la sensación de que el mundo se te tira encima y te aplasta de una forma despiadada está, y, paralelamente, a medida que el entorno te aplasta, también lo hace con tus ganas de ir en contra y opacar esas cosas que no te hacen bien ; complicado, ¿no? .

Cosas que no resolviste, temas que jamás trataste, algunas conversaciones inconclusas, un amorío que quedó en el camino de las cosas que no se cumplen, miradas que concluyeron,  abrazos que te guardaste, y nueve mil doscientas treinta y tres cosas más que te pasan por la cabeza a la hora de estar así, ¿te parecen muchas? para nada, porque te aseguro que a la hora de estar mal, el ser humano no se prohíbe lastimarse a él mismo y quiere hacer un conjuntos de recuerdos angustiosos que te hacen decaer, hacerte parecer casi en una eterna soledad que te hace sentir  miserable.
     Desconectarte, solo irte, necesitas estar un poco alejado de todo eso que te enloquece, de esa lluvia de blancos, grises y negros que te revolotean en la mente y bloquean todas las ganas de ser quien sos.   

Complicado ésto de vivir, ¿no crees?  Si éso te parece difícil, entonces, querer dejar de pensar en las cosas que nos hacen mal te va a hacer que te rompas las cabeza, porque así somos, estamos todo el tiempo pendiente de todo lo malo. perversos, sádicos, masoquistas.


lunes, 9 de septiembre de 2013

- Hace ya varios días que estoy muerto y nadie me lo dijo.
- ¿Morirte? Estás acá, no digas pavadas.
- Hace tiempo que cuando duermo, no tengo de esos sueños que hacen que te despiertes feliz. Eso, justamente eso, es dejar de vivir.

Desidia.

Sentado, aire libre, me recuesto en el pasto, lo toco, lo siento, lo acaricio, creo ser él, creo ser yo, ya no se quien soy. Miro el cielo, y con él palpita mi último recuerdo alegre, cae una lágrima, caen dos, comienza a llover, me quedo ahí, inconsciente, casi sin saber que sigo llorando, la lluvia me confunde, me río, lloro de nuevo, la ambivalencia de sentimientos me invade, ya no sé que sentir, no se quien ser, ya no se nada.
¿Que me pasa? 
Sigo encerrado, cuatro paredes alrededor que me aislan de cualquier tipo de alegría, paralelamente creo estar solo, nadie me entiende, el mundo se aleja, nadie me quiere y me acomplejo, me achico, el autoestima cae, vuelan pensamientos vacíos, sin ideas, mente en blanco, tengo una sensación en el estómago casi incontenible, y a su vez, inexplicable.   Quiero largar todo, explotar, el llanto no sale ; dibujo, escribo, rompo, corro, grito y salto, nada pasa, todo lo malo sigue ahí, ¿Que hago?  No lo sé, hace tiempo que no se nada, solo sé estar triste y parece que no va a pasar, solo resta quedarme ahí, sentado en un rincón, esperando que la tormenta alivie.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Terapia [ Parte III ]

- Otra vez nos volvemos a ver las caras, Matías.
- Y, así parece. Una vez mas te vengo a hablar de mis pesares, que, generalizando, es un solo pesar.
- Ella . 
- Me arrepiento tanto.
- Arrepentirse es parte de la vida.
- Quisiera que ella sea parte de mi vida.
- Solo queda resignarse, hace muchas sesiones estamos estancados en este tema que no nos lleva a ningún lado, es hora de dejarlo atrás.
- Creo que es hora de dejarla atrás a ella, ¿No cree?.
- ¿Por qué pensás que te equivocaste tanto en esa relación?.
- Queríamos ser tanto que terminamos siendo nada, solo dos aparentes desconocidos que conocen bien cada detalle del otro. Juntos nos atrevíamos a ser nosotros mismos.
- ¿Es duro, no?.
- ¿Que cosa?.
- Olvidar cosas que marcan nuestra vida.
- ¿Olvidar? ¿Quien dijo que la iba a olvidar?  Tal vez, solo, quererla de otro modo.
- ¿Ella? ¿Te quiere?
- Me lo dijo, ya no, no más.
- A veces las cosas que decimos no concuerdan con las que pensamos.
- Se nota en su mirada, ya no es la de antes. Tiene ojos para alguien más.
- Tal vez eso es lo que necesitas, sufrir, olvidar u olvidar, aprender por las malas que te equivocaste y que ya no te pertenece, o que tal vez nunca te perteneció.
- Estar mal por la pérdida de algo que nunca fue tuyo, ¡Que loco! ¿No?.
- Así de complicado es el ser humano. Resignate a que tiene a alguien más.
- Me puedo resignar a cualquier cosa, menos a eso. Me gusta tanto que no me gusta que le guste a otras personas. Es un amor así, celoso.
- Se nota que la quisiste.
- Inmensamente. Pero al final, pongo los pies sobre la tierra y me doy cuenta que hasta el amor que yo sentía no es el mismo.  Puede ser, que alguna vez esto rebrote y seamos felices juntos, pero no me puedo conformar con esperar a alguien que ya perdí, que, por mis propias acciones, está desilusionada y despechada con alguien que amó.
- ¿Creés que alguna vez va a volver a pasar algo? .
- No lo se, y creo que no me importa, o creo que sí, tal vez creo mal. No se nada, lo que se, es que no quiero querer a alguien así, de esta forma rara, inconclusa, extraña, queriendo a medias a alguien que no me quiere.
- ¿Como te sentís con eso?.
- ¿Abandonando algo que me hace bien? Raro.  Principalmente triste, vencido. Me doy cuenta que no todo lo que queremos lo podemos tener, cosas de la vida, supongo.
- Cambiaste mucho desde las primeras sesiones, tu forma de pensar, la perspectiva para con la vida, tomaste más importancia de las cosas serias, estás mas .... maduro.    ¿Y si ella valorara eso?.
- Puede ser, tal vez esta nueva versión de mí le guste, hasta el punto de quererme, pero no quiere averiguarlo, me lo dijo.  Escuchar que alguien ya no te quiere es duro, durísimo, pero entenderlo, verdaderamente comprenderlo, juro que es mucho más doloroso.
- ¿Que pensás hacer?
- Cambiar de página.
- ¿Estás dispuesto?
- La vida es estar dispuesto a cambios.
- ¿Y si lo que necesitas es a ella?
- ¿Y si no?
- ¿Por que pensas que vas a estar mejor con su ausencia?
- ¿Y por qué no pensarlo?
- Ya dejaría de aconsejarte de forma profesional, escuchame atentamente como si te estuviera hablando un amigo.  ¿Por qué dejar las cosas que nos hacen bien, Mati?.
- A veces las cosas que nos hacen bien a nosotros, les hacen mal a los demás. Ya fui egoísta durante demasiado tiempo, no más.
- Cuando un auto se queda sin nafta, ¿El auto se tira? no, solo se vuelve a llenar el tanque. Teóricamente en las relaciones sucede algo similar.
- ¿Y si el auto está roto?
- ¿Y si tenes que ponerte la ropa de mecánico y engrasarte las manos para mejorar?
- Ya no más, doy un paso al costado.
- No puedo creer que digas ésto justo vos, mi paciente más orgulloso y obstinado. Obsesivo, insistente, casi hasta insoportablemente repetitivo con las cosas que querés ganar o tener.
- Definitivamente, la quise, y todo lo que alguna vez fue va a seguir siendo en mis recuerdos.
- Bueno, Matías, se terminó el tiempo, hasta la próxima.
- No hay próxima.
- El alta te lo tengo que dar yo.
- No tiene gracia hablar sobre un tema que no existe.
- Tu elección.
- Si algún día lo llego a necesitar, lo llamo.
- Suerte, Mati, te felicito.
- ¿Felicitarme? ¿Por qué?
- Tenes una forma rara de querer, extraña, hasta casi egoísta, pero totalmente verdadera y sincera, especial, bañada en ternura y dulzura, sos un alguien totalmente perfecto cuando hablas de ella, y eso, no se ve todos los días.
- Muchas gracias, creo.
- ¿Pensas dejarla de lado, al final?.
- Respondería eso pero sinceramente no lo se, no tengo la certeza de que se me va a cruzar por la cabeza cuando la vea, o que voy a sentir, pero por ahora, solo me limito a resignarme y a quererla como alguna vez ella me quiso, sufriendo, callado, y dócil.   Hasta luego, Doc.