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domingo, 23 de agosto de 2020

divagando

Como un ritual, de música, un pucho, un horario extremadamente procastinado y algo escrito no a la fuerza, pero si obligado, como la cantidad enorme de cosas a las que me empujo a lograr, a hacer, a cumplir.
 Como si eso hoy, me diera un bienestar, un algo divino que de repente me genera placer y del placer el disfrute y del disfrute a la comodidad pero ¿como carajo alguien en algun lugar puede llegar a ser feliz cómodo?
O será que la siempre inoportuna y autoexigente posición en la que elegí ponerme, me genera solo pensar en que siempre de alguna manera busco no estar cómodo, pero también me genera terror por la incertidumbre de que anda a saber cuántas veces estuve cómodo sin saberlo, mintiéndome,  como de esas veces que te haces el que no sabes, pero en realidad cada parte de tu cuerpo está segura de que no es como lo que te forzas en engañar te.  

Y si sabré lo del cuerpo ... y de que te habla.
No por mí. Bueno, no tanto.
Sino porque muchos de los que amo me enseñaron con el cuerpo, más que con el habla. El tiempo ayuda también, y coopera mucho en eso de entender a los cuerpos que uno ama pero poco sabemos de comunicarnos con lo que hay adentro de ese cuerpo.

Y me centré mucho en cuerpos ajenos, y siempre traté de involucrarme de la mejor manera posible con eso que tienen adentro, su alma, su escencia, o lo que sea que abarque cuán profundo sea su adentro. Involucrarme con todas mis ganas, en especial esos con los que mi escencia chocaba, me hizo aprender sobre el grandísimo espectro que pueden tener las cosas que vemos, y como a veces una idea absolutista no sólo nos pone en una posicion llena de ego y hasta con la creencia de que podemos juzgar o decir que está bien o mal, sino que también nos quita la enorme y hermosísima oportunidad de replantearnos cuán mal esta lo que pensamos, o en escencia, lo que somos.

Pero como todo lo que no nace de adentro de uno y se va a buscar afuera, no perdura.
Como es famosa frase, si no podés salir afuera, metete adentro. Y es verdad, toda verdad, de hecho es la verdad más grande que existe pienso yo. 
¿A dónde vas a ir si no es adentro tuyo?
¿Que tan afuera te vas a ir de vos, para perderte, sentirte tan ajeno que no puedas mas?








lunes, 6 de julio de 2020

Hola, a quien sea que lea.
Estoy tipeando ésto, tomando un té de tilo, mientras escucho Alex Turner y un disquísimo hermoso que aunque poco entienda de Inglés, me encanta ponerlo y sentir esa paz que solo algún tipo de música me genera.
Estoy, tipeando ésto, sin saber realmente que poner, y que mejor haber titulado ¿Como llegué hasta acá? hace unos años, cuando no sabía a qué iba con todo ésto de poder escribir cada tanto lo que cada tanto necesitaba largar. Es bueno saber que éso todavía se conserva, saber que tengo lugares que no sé bien para que son, pero sí que son útiles cuando los tengo que usar de algún modo.

Siempre fui de tener mi sitio, mi lugar, o al menos siempre intenté tenerlo.
A veces, lugares funcionales, sanos, que me nutrían y de algún modo me hacían crecer entendiendo algo nuevo y soltando algo más que creía, tal vez viejo, desgastado, o distinto a lo que yo estaba siendo.
Otras, lugares que tal vez me dieron todo de sí, pero no estuve preparado para absorber aprendizaje de esa manera. Pienso que todos tenemos maneras de aprender, y que cada cuál es mucho más cercano con aquellas que se siente identificado, y aquellas maneras de aprender que de una u otra forma no nos representan, nos cuestan más, e incluso hasta pueden generar efectos contrarios, como el dejarte en posición estática o darte un aprendizaje que lejos está de ser sano o funcional.

Tanto tiempo sintiendome ajeno a donde estaba, a lo que era, a lo que hacía pero sobre todo ajeno a lo que pensaba. La mayoría de las veces me castigué, y sobre todo fui tan cruel conmigo mismo que no me dí la oportunidad de volver a confiar en mí.  Tanto, realmente siento que fue tanto el tiempo que enfoqué energía en sentirme poco poderoso que me la terminé creyendo.
De alguna manera, todos queremos sentir ese poder de decir QUIERO ESTAR AHÍ, y poder llegar. Calculo que nada es más relajante y esperanzador para el ser humano que una meta cumplida, todo lo que lloraste lo vale, todo lo que te hizo sentir incómodo ahora parece abrazarte en un contexto de confort con uno mismo. Valerse.
Tanto tiempo sin poder valerme. Sin saber hacerlo.

CUÁNTO tiempo, encima, victimizado, enojado con el mundo porque el mundo no me daba lo que siempre pensé que era para mí. ¨Por años tuve esa extraña sensación de sentirme merecedor de cosas las cuáles no me llegaban, lo cuál por un larguísimo tiempo me lleno de rencor y enojo, de tristeza, de la tristeza que más dura es para enfrentar, la que le das el poder de sentir que nunca más se va a ir.
 Realmente son muchísimas las veces que intenté de algún modo ser feliz y los reiterados no me hicieron sentir que el universo me TENÍA que dar aquello que yo soñaba, y que por el momento solo había sido injusto, sin ser capaz de ver que el que tenía que cambiar lo que era, era yo mismo, y que el resto de a poco y a prueba de ansiosos iba a venir, apareciendose a veces en las situaciones más inesperadas, y otras quizás no tanto, pero teniendo seguridad de que llegaría.
 El tiempo y la vida pudo ponerme de frente la maravillosa verdad de que lo que te toca es aquello para lo que estás listo hoy, y si no te toca es porque realmente tu momento no es.

Tanto de todo es tan igual a antes, y el mundo sigue siendo esa máquina azarosa a medias que lo que te da es supuestamente idóneo para lo que estás viviendo, aunque te sientas alienado de tu situación. Y cuántas veces me sentí como a kilómetros de ese lugar donde te calma la palpitación y esa tensión en los hombros ya no está.  Y por lugar no me refiero a lugar físico, sino a contexto, a que donde cualquiera sea que estés parado puedas poder tener esa  adentro de que si estás con vos mismo acorde a lo que crees y querés, es tu sitio.

Tanto de todo es tan distinto a antes, también.
O tal vez el distinto soy yo,
Y por tal vez me refiero a que realmente puede ser, como también puede ser que no. Y estoy bien con eso. Ya no busco seguridad en bocha de respuestas donde ya las preguntas creo ni me interesan, el mundo dejó de ser algo el cuál sentía indescifrable e injusto casi la mayoría del tiempo, para convertirse en solo un contexto de tiempo, cosas, y personas, el cuál podía ser la herramienta más grande jamas obtenida para que libremente pueda hacer lo que quiera.
En otras preguntas, nunca tuve respuestas que me dieran confort pero sí me seguí preguntando.
En otras, de alguna manera mi pregunta fue respondida, pero el tiempo cambió mis ganas de que esa fuese la respuesta y seguí preguntando de otras maneras.
Las otras, las que más miedo les tuve, esas que por donde sea que busque o a quien sea que le pregunte nadie era capaz de responderme, las que nunca tuve respuesta, hoy en día no me enloquece la ansiedad de quererlas ya, y que esa inexistente aclaración de dudas me genere una tristeza enorme que me encerraba en un agobiante ¿Y como hago ésto? 

Realmente no sé los como de infinidad de cosas, pero hoy pienso que la capacidad de cuestionarme mis maneras de ver el mundo me dan la hermosa posibilidad de entender que no quiero saber ya mismo la respuesta del cómo, sino que estoy preparado para superar el proceso donde al final del camino tenes el cómo, y el para qué se volvió un sueño logrado lleno de esas cosas que nos reconfortan como seres humanos.
Hoy escribo ésto sabiendo que tal vez no estoy enteramente feliz, o feliz como quisiera, pero que mejor que asumir como me siento a quedarme negado en una cárcel de sentimientos que mientras mas los evito más crecen adentro mío, de hecho parte de todo ésto fue tipeado mientras lloraba, pero me alegra tanto saber que estoy tan lejos de aquello que fui, de eso que era y que gracias al simple hábito de cuestionarme puedo hoy, ser distinto.
Hoy la ansiedad es otra, ya no es asfixiante y paralizadora, sino que es una fuerza de empuje para que las cosas lleguen en base a un trabajo responsable, constante, consciente, pero sobre todo,  crítico y esperanzador.

Ésto lo voy a leer en un tiempo, y voy a sentirme contento, inmensamente contento, porque tal vez en palabras no haya escrito todo de lo que TANTO quiero expresar, y todo este manojo de letras pierda su significado comunicativo, pero también se que fue el dia que todo cambió, de a poco, para bien. Y para mi éso está bien. 
Realmente bien.